La aluminosis es una patología del hormigón causada por la descomposición del aluminato de calcio hidratado presente en el cemento. Como resultado, este proceso puede reducir la resistencia del material y causar grietas, poniendo en riesgo la estructura del edificio. A continuación, se presentan algunas señales que podrían indicar la presencia de aluminosis:
Grietas: Las fisuras en paredes, pilares o losas, especialmente en disposición horizontal, vertical o en abanico, pueden ser un indicio de aluminosis. Estas grietas suelen ser finas al inicio; sin embargo, pueden ampliarse y extenderse con el tiempo.
Descamación del hormigón: La aluminosis provoca que la superficie del hormigón se desprenda en forma de escamas o polvo, dejando las armaduras de refuerzo al descubierto. Por lo tanto, si observas áreas donde el hormigón parece desmoronarse o desprenderse fácilmente, entonces podría ser señal de aluminosis.
Corrosión de las armaduras: La degradación del hormigón expone las armaduras de refuerzo al ambiente, causando corrosión. Por lo tanto, las anchas de óxido o hinchazón en el hormigón alrededor de las armaduras pueden indicar la presencia de aluminosis.
Deformaciones estructurales: La aluminosis debilita la estructura del edificio, lo que puede llevar a hundimientos en techos o desplazamientos en paredes. Por ello, si observas cambios en la estructura, es importante investigar la causa, ya que podría deberse a esta patología.
En conclusión, la aparición de grietas, descamación, corrosión en las armaduras y deformaciones estructurales, junto con la evaluación de un profesional, son señales clave para determinar si un edificio está afectado por aluminosis.